
Tarantino regresa con una película larga, de ritmo más pausado y tono más comedido de lo habitual, pero sin abandonar sus señas de identidad y su pasión por el cine y lo que representa.
Tarantino regresa con una película larga, de ritmo más pausado y tono más comedido de lo habitual, pero sin abandonar sus señas de identidad y su pasión por el cine y lo que representa.
Una comedia sobre un más allá cargado de sorpresas. Gustará a los seguidores del humor de Michael Schur pero también puede enganchar al espectador ávido de pasar un buen rato, aderezado de alguna sugerente reflexión.
Ni Christian Clavier ni Mathilde Seigner evitan que la sarta de chistes malos y de diversos colores acabe en la no risa en esta comedia de verano. Arnaud Lemort maneja los tópicos sin gracia.
Hugo Gélin afrancesa con gusto y acierto el patrón clásico de la comedia romántica. Su toque de fantasía y su escenario físicamente idílico pero sentimentalmente en tensión resultan eficaces.
Ari Aster disfraza (también con trampa) las fortalezas y debilidades que mostró en su debut con unos vestidos renovados y más luminosos, sin dejar de ser oscuros en su trasfondo.
Erik Poppe revive la tragedia que bañó un campamento de jóvenes en julio de 2011. Sus decisiones técnicas y humanas consiguen acercarnos física y emocionalmente al terreno del sinsentido que es la violencia.
Templado y muy logrado cuento de terror sobre la maternidad, los miedos y la superación de traumas, en un conjunto marcado por diversos elementos que funcionan con coherencia.
La muñeca Annabelle regresa para hacer las delicias del público fiel. Dauberman se pone, esta vez, también detrás de la cámara para recrear lo de siempre con cierta elegancia.
Después de siete años, Lincoln (Dominic Purcell) y Sara (Sarah Wayne Callies) siguen con sus respectivas vidas tras la muerte de su hermano y marido, […]
Richard Curtis, de la mano de un vistoso Danny Boyle, busca de nuevo al espectador cómplice de sus películas donde mezcla amor, comedia y un toque de fantasía.