
Una comedia romántica trazada con los detalles estéticos precisos para triunfar, con una loable mirada hacia la trascendencia de uno mismo en los hijos, pero limitada por los efectos que los excesos de minutos provocan en el tono del guion.
Una comedia romántica trazada con los detalles estéticos precisos para triunfar, con una loable mirada hacia la trascendencia de uno mismo en los hijos, pero limitada por los efectos que los excesos de minutos provocan en el tono del guion.
Una casa, un crimen, una herencia, mucho dinero por medio y un detective singular. Johnson sabe lo que hace con un guion solvente y unos actores que se lo tienen que haber pasado muy bien.
El debut de Ladj Ly en un largometraje de ficción se convierte en un importante film de denuncia social, pero de mirada omnicomprensiva. Rodada con fuerza y dinamismo, mezcla cámara en mano con el gusto por el rostro.
Una adaptación, en formato de miniserie, de la conocida novela de E.M. Forster. Cambio de época, personajes distintos y conflictos personales y amorosos se escriben, dirigen e interpretan de forma brillante.
Una comedia dramática que pelea por mantener la chispa en los diálogos y el encanto en los personajes. Esto solo lo consigue a ratos, obturada por un esquema de roles sociales algo enfático.
James Mangold deja que el protagonismo lo adquiera la intrépida historia y los aguerridos actores. Un guion bien cuadrado permite disfrutar de una de esas películas que, prácticamente, lo tienen todo.
Lulu Wang consigue, a partir de un hecho autobiográfico, conmover al espectador al tiempo que le hace sonreír. Con un estilo implacablemente personal, relata una relación nieta-abuela, occidente-oriente.
Curiosa y supuesta trama a lo Robin Hood. Esta vez, unas medio pobres strippers roban a ricos para quedárselo ellas mismas. Un guion pobre y unos esfuerzos gimnásticos lamentables.
Flanagan continúa, bajo la estela del mítico El resplandor, con un film que convence para una noche de terror, pero no como guion ni apuesta por relatar algo nuevo.
Segunda entrega cinematográfica de la oveja televisiva, ahora ya en la gran pantalla. Menos lustrosa que la de 2015, se trata de un film divertido, bien diseñado y con los valores de la marca Aardman.