
El film de Édouard Bergeon denuncia la situación en la que se encuentran ciertas zonas del planeta en un relato con tintes de thriller. Tanto los actores como la puesta en escena logran transmitir el mensaje eficazmente.
El film de Édouard Bergeon denuncia la situación en la que se encuentran ciertas zonas del planeta en un relato con tintes de thriller. Tanto los actores como la puesta en escena logran transmitir el mensaje eficazmente.
Este thriller propone un escenario poco novedoso, aunque intrigante, pero no sabe desarrollarlo consistentemente. En esa línea, se pierde en giros sobreexplicados y el tanteo superficial de ciertos temas.
El thriller de Yvan Attal presenta triángulo amoroso totalmente dramático. En general, la trama arranca con interés y buenas interpretaciones, pero, a causa de su tedioso y lento desarrollo, se hace larga.
Una correcta adaptación de unos hechos reales cuyos personajes nos hacen reflexionar de cosas más allá de sus acciones. La excelente interpretación de Pierce Brosnan eleva al conjunto del film.
Un film de suspense que incomoda, pero que incluye importantes reflexiones frente a una época marcada por la desinformación, los prejuicios raciales y unos juicios mediáticos movidos por el fervor de las primicias y lo morboso.
La película aborda las múltiples complicaciones a las que se enfrentan muchos solicitantes de asilo. Desde el respeto de la dirección y las actuaciones protagónicas, se construye un testimonio ligero y marcadamente crítico.
Una devastadora historia construida desde múltiples puntos de vista, donde la violencia sabe encontrar un equilibrio sin frivolizar. El dúo directoral construye un relato trágico y visceral, pero sugestivo y con destellos bondadosos.
Otro film de venganza con mucha violencia y ninguna innovación. Contiene toda esa atmósfera que rodea a las películas destinadas a ser de sobremesa, pero incluye actuaciones de alto nivel.
Esta trama de invasión doméstica trata de diversificar el género a través de una protagonista con discapacidad sensorial que se aleja del papel de víctima convencional. Pero no consigue mantener el suspense en la mayoría del metraje.
El día de la bandera se presenta como un drama familiar coprotagonizado por Dylan Penn y su padre y director, Sean Penn, al que no le falta calidad interpretativa, pero sí carece de personalidad en la dirección.