
Una desconcertante y disfrutona comedia dramática que sorprende con su premisa, entretiene en su realización y se sostiene con buenos secundarios. No apta para todos, si uno se queda en la superficie puede resultar absurda.
Una desconcertante y disfrutona comedia dramática que sorprende con su premisa, entretiene en su realización y se sostiene con buenos secundarios. No apta para todos, si uno se queda en la superficie puede resultar absurda.
Una inmersión en la mente del artista surrealista en un intento por retratar su excentricidad. Coherente con sus formas y aprovechando inteligentes recursos, al final queda una entretenida propuesta.
Las cuatro actrices protagonistas son la gran fortaleza de esta película dulce, que no tiene más pretensiones que las de hacer pasar un rato agradable. Su viaje a Lourdes se convierte en un canto al perdón y a la amistad.
Shin Chan regresa en una aventura con elementos alejados de sus historias corrientes, pero con su pervertida e incorregible característica forma de ser. El cambio de animación tampoco ayuda a disfrutar de su visionado.
Una comedia vampírica irregular en su desarrollo y la exploración de ciertas tramas. Con un humor negro y ciertas escenas no apta para aprensivos, el film encuentra momentos entretenidos y destaca por su reparto.
Un recorrido por la Polonia de los años 90 permite revisitar el horror de la Segunda Guerra Mundial a través de la mirada de un superviviente y de su hija. Es una historia emotiva, aunque quizá un tanto ligera.
Aunque el teorema sobre el que trabaja Marguerite es indescifrable para la mayoría y el personaje está estereotipado, la actriz hace un trabajo lo suficientemente bueno como atrapar la atención del espectador.
Viajamos a Japón y recorremos el país de la mano de la actriz francesa Isabelle Huppert, alrededor de la cual pivota esta comedia sin pretensiones, bellamente rodada y quizá demasiado contenida en su narración.
Esta comedia exagerada e intento de historia de amistad, pese a partir de una premisa interesante, cae en vaguedades y se enturbia con todo su envoltorio formal. Las interpretaciones y un guion efectista no ayudan tampoco.
La secuela del personaje icónico interpretado por Michael Keaton es un festival visual y magnético que plasma la esencia de Tim Burton. No obstante, no es el relato original que algunos esperaban.