
Con la música como eje vertebral, Oro puro es una mirada a la persecución de los kurdos, así como a la vida en los barrios marginales a finales del siglo XX. Sakraya ofrece una actuación implacable de Xatar.
Con la música como eje vertebral, Oro puro es una mirada a la persecución de los kurdos, así como a la vida en los barrios marginales a finales del siglo XX. Sakraya ofrece una actuación implacable de Xatar.
Los Fabelman tiene una estética agradable y desprende gran cariño por el séptimo arte. De todas maneras, su dulzura quizá es excesiva y resulta en pequeñas incoherencias de guion, que restan fuerza al mensaje.
Sadiq retrata los infortunios de una familia de clase media pakistaní en un largometraje triste con algún toque de humor. Aunque sus personajes estaban bien construidos, la falta de rumbo hace desmerecer al conjunto.
Meltem Kaptan y Alexander Scheer forman uno de los tándems más encantadores que ha llegado a salas últimamente en un drama real y actual cuyas escenas cotidianas le dan verdadero calado.
Martin McDonagh reúne de nuevo a Colin Farrell y Brendan Gleeson en un triste film que propone una metáfora de la guerra. A pesar de la fotografía y las interpretaciones, el relato carece de verosimilitud en varios puntos.
Virgine Efira encarna fantásticamente el papel de una mujer deseosa de ser madre. Aunque el film propone una situación poco probable con dificultades concretas, la maternidad se muestra de un modo frívolo y egoísta.
Brendan Fraser vuelve a la gran pantalla protagonizando un drama que ahonda en la culpa y el reencuentro familiar de una manera muy cruda. El resultado es duro y no apto para todos los públicos.
Es complicado encontrar coherencia en el enrevesado guion de Decodts y Larivière. No obstante, el elenco protagonista ayuda a dejar un buen sabor de boca al que consigue aguantar el metraje.
La obra de Salle funciona bien como thriller. Tiene una gran capacidad para mantener la intriga durante toda la película y la actuación de Lellouche consigue hacer a Mathieu creíble. El único problema es que es demasiado larga.
Pese a ser una historia basada en hechos reales, hay mucho esfuerzo para dotar a la película de epicidad. No obstante, esta fórmula hace que la cinta abrace el estereotipo militar norteamericano hasta el punto de parecer irónico.