
Vuelve una de las relaciones amorosas más inmaduras y poco apetecibles de los últimos años. Josephine Langford y Hero Fiennes-Tiffin protagonizan de nuevo esta historia solo imaginable sobre el papel o en celuloide.
Vuelve una de las relaciones amorosas más inmaduras y poco apetecibles de los últimos años. Josephine Langford y Hero Fiennes-Tiffin protagonizan de nuevo esta historia solo imaginable sobre el papel o en celuloide.
Este musical protagonizado por Karla Souza y Raúl Arévalo rinde homenaje a los Hombres G. Es fresco, divertido, cuenta con grandes interpretaciones y, sin duda, logra arrancar una sonrisa a la audiencia de todas las edades.
Esta propuesta retrata la particular comunidad que convivió en el Monte Verità a principios del siglo XX, así como también la condición de la mujer en la época. Sin embargo, el film resulta largo, confuso y amargo.
Un excesivo metraje y una puesta en escena realista erigen un relato sobre la rutina y la homogeneidad de una familia aislada. A través de silencios y pocas palabras enfrentan, también, la costumbre y la innovación.
Los perdonados muestra el contraste entre las condiciones de vida de los saharauis y la de los extranjeros adinerados viviendo en la misma región. Pero la falta de reflexión y empatía en los personajes no dejan claro el mensaje del film.
La concentración de personajes dispares con diferentes situaciones personales y sociales en un hospital era prometedora. No obstante, el guion no logra proponer una historia redonda y la película acaba repitiéndose.
El segundo film de Sylvie Ohayon es un extraordinario reflejo de procesos por los que pasan muchas personas. Es un título exquisito, cercano, con los detalles muy cuidados y de gran calado.
Men se presenta, en su inicio, como un film de terror o intriga. No obstante, acaba siendo un drama repleto de metáforas con un guion endeble y muy desagradable que no mantiene el interés del público.
Ambientada en el pueblo real de Lunana e interpretada por sus vecinos, esta entrañable cinta nos transporta a una realidad poco conocida de Bután. Con gran sentimiento y toques de humor nos recuerda aquello verdaderamente importante.
Hollyblood hace parodia de los clichés de las películas de vampiros para adolescentes. Aunque el largometraje falla en algunos aspectos, el guion es capaz de crear varias escenas ocurrentes que divertirán a la audiencia