
Los hermanos Russo vuelven con una película protagonizada por actores de renombre. Destacan su escenografía y sus intachables efectos especiales, así como la naturalidad del montaje de las secuencias de acción.
Los hermanos Russo vuelven con una película protagonizada por actores de renombre. Destacan su escenografía y sus intachables efectos especiales, así como la naturalidad del montaje de las secuencias de acción.
Luigi Lo Cascio lidera a un buen reparto en la recreación del juicio a Aldo Braibanti. A pesar de su buen hacer, el largometraje se vuelve exagerado y su larga duración contribuye a que decaiga el interés de la audiencia.
Un interesante drama judicial que destaca por su forma, su contenido y sus interpretaciones. Dos horas de enfrentamientos dialécticos con denuncias y reivindicaciones.
El espectáculo de la Gran Vía de Madrid salta del escenario a la pantalla con un despliegue cinematográfico tan limitado que no llega al mínimo para considerarse algo más que un torpe ejercicio amateur.
Un retrato minimalista donde el eclipse del mundo rural frente a las grandes ciudades se entreteje con una tierna historia de amor concertado. Su lentitud anima a la atenta observación y a la reflexión personal.
Elemental es una maravilla de animación con personajes originales y escenarios de ensueño que confirman la maestría técnica de Pixar. En cambio, su historia resulta más simplona, pero igualmente emocionante.
Esta comedia de David Marqués carece de humor y cuenta con unos personajes cuestionables. Entre el tedio argumental, lo peor se encuentra en su interpretación inadecuada de la amistad.
Selman Nacar debuta con un largometraje que arranca con un accidente laboral. A partir de algo corriente, plantea un interesante debate, con ritmo constante, aunque lo deja inconcluso.
Antonio de la Torre protagoniza un thriller belga vertebrado por varios giros argumentales que harán al espectador querer esperar hasta el final de la película para presenciar cómo se desarrollan los hechos.
El debut de Erige Sehiri es una propuesta poética y reflexiva. En ella, un campo de higos se establece como espacio de interconexión humana y el acto de recolección en un medio para sumirse en la intimidad de los personajes.