
La película cuenta con una premisa valiente que hibrida géneros y pretende cuestionar la moralidad actual francesa. A pesar de ello, su guion irracional y la ambigüedad latente conducen hacia un callejón sin salida.
La película cuenta con una premisa valiente que hibrida géneros y pretende cuestionar la moralidad actual francesa. A pesar de ello, su guion irracional y la ambigüedad latente conducen hacia un callejón sin salida.
La tercera comedia de Los Compadres pierde más sutileza y calidad, a favor de una acumulación de toscas escenas que parodian y no hacen reír. Quizá pasa factura el confiar demasiado en su fórmula.
El film de Édouard Bergeon denuncia la situación en la que se encuentran ciertas zonas del planeta en un relato con tintes de thriller. Tanto los actores como la puesta en escena logran transmitir el mensaje eficazmente.
Este largometraje consigue mantener el suspense durante toda la trama, siembra la duda y causa tensión en medio de la obsesión. De todas maneras, no logra disimular su simplicidad, pues el final se deja intuir.
Nicolas Cage se interpreta a sí mismo en una disparatada comedia con acción que contiene muchas referencias cinéfilas a su carrera. El resultado es efectivo y muy divertido, a la vez que pone de relieve a la familia y los amigos.
Este documental desigual se podría dividir en dos partes independientes. Si bien mantiene una cierta aleatoriedad en la realización que no lo hace distinguible, tras él se construyen mensajes positivos y una defensa de la fe.
A pesar de alguna buena actuación, la película se va deshinchando a cada segundo. Con un montaje y banda sonora en muchas ocasiones molestos, el avance de su trama resulta ridículo y no se sostiene.
Recorremos la India y otros lugares a través del mundo visual de Isabel Herguera, quien, tras años trabajando, consigue traer a las salas una historia con carácter propio que, aunque un tanto confusa, se disfruta.
Ruben Östlund articula una crítica muy divertida sobre la alta esfera social y el capitalismo extremo. Aun con escenas acertadas, el film resulta grotesco e irregular por momentos, lo que puede desalentar a cierto público.
Ken Loach propone una historia de fuerte calado social que, a pesar de la artificiosidad de ciertos diálogos y escenas, se muestra bienintencionada en su voluntad por transmitir mensajes de solidaridad, generosidad y empatía.