
Dos horas y media, un gran elenco y un gran equipo de guionistas, además del sello Scott, son los ingredientes de un drama cargado de violencia y con mensaje, pero algo acomodado en un esquema simple.
Dos horas y media, un gran elenco y un gran equipo de guionistas, además del sello Scott, son los ingredientes de un drama cargado de violencia y con mensaje, pero algo acomodado en un esquema simple.
Cine de pandillas, retrato de la migración interna y dibujo del conflicto terrorista en Euskadi confluyen en el primer film de Gómez. Con algún altibajo, se aprovecha la fuerza de la historia y de sus personajes.
Esta deslumbrante adaptación en la gran pantalla de unos hechos reales sucedidos durante la Guerra Fría es, a nivel fotográfico y gracias a su reparto, emocionante, oscura e impactante.
Pierre Pinaud dirige un título idóneo para reír y emocionarse durante unos minutos con una historia sencilla, enmarcada en un gran campo de rosas. Llenará la sala de frescura, elegancia, color, amabilidad y buen humor.
El nuevo tándem Bardem-León de Aranoa revela una comedia dramática de contenido moral, aunque de paisaje muy pesimista. El guion brilla especialmente, del mismo modo que gran parte del elenco.
Marqués adapta uno de sus cortometrajes para hacer una sátira social sobre las desventuras del paro en nuestro país. Aunque demasiado largo para ser una película, y no un sketch, hará reír y sonreír.
Lo que le falta de lógica y fuerza narrativa al guion, lo contrarresta el clima de suspense y angustia que se consigue mantener durante todo el film, que cumple con las expectativas de quienes busquen un rato de tensión.
La biografía de James Brooke despierta el interés en su figura y cuenta con una gran recreación de la época. De todas maneras, la ejecución deja que desear a causa del desequilibrio del guion, la trivialidad y la violencia.
Adam Robitel dirige una secuela llena de acción que llega a grandes extremos, aunque poco original. Con un planteamiento interesante y una magnífica ambientación, consigue despistar y jugar con la mente del público.
Tom McGrath dirige una divertida, alocada, ruidosa, extravagante pero muy efectiva secuela de bebé jefazo. Los nuevos personajes aportan dinamismo a la ya conocida trama.