
Las alocadas aventuras de los Mitchell ante la revolución de las máquinas plantean una reflexión interesante acerca de la tecnología y de la familia. El film mezcla los suficientes elementos como para llegar a una audiencia amplia.
Las alocadas aventuras de los Mitchell ante la revolución de las máquinas plantean una reflexión interesante acerca de la tecnología y de la familia. El film mezcla los suficientes elementos como para llegar a una audiencia amplia.
Un drama con toques fantásticos y de misterio que, pese a sus buenas intenciones, no logra mantenerse firme y se deshincha. Los constantes subrayados de las intenciones subyacentes desentonan y debilitan el mensaje.
La película enuncia motivos visuales que resaltan importantes mensajes humanos, pero se estanca en la superficie, haciéndose pesada y mermando las posibilidades de lo que podría haber sido.
La película dirigida por Ofir Raul Graizer resulta desastrosa en su composición, ya que ninguno de sus elementos logra destacar ni contribuir de manera positiva al proyecto en su conjunto.
Con una remarcable dirección y una envolvente fotografía y banda sonora, este film consigue entretener. Aunque su desarrollo es confuso, el relato da suficientes herramientas para reflexionar críticamente.
La directora italiana deslumbra con una nueva fábula protagonizada por un increíble Josh O’Connor. Llena de lirismo y detalles, en su trasfondo hallamos una historia de amor y un cálido retrato social de soñadores.
Las montañas son el lienzo de esta historia de amistad, sobre el que se reconstruyen relaciones. Pese a su innecesaria literalidad, la película deja un bonito listado de cuestiones sobre las que reflexionar.
Clara Roquet narra en su ópera prima una historia de madurez emocional con múltiples e interesantes subtramas cargadas de amistad, amor, celos y traición. Su elenco lleva a cabo un trabajo interpretativo eficaz.
Un agridulce drama social en el que Ladj Ly recupera la tenaz denuncia de la que hizo gala en Los miserables, pero pierde destreza en su ejecución y la brillantez en el despliegue de sus elementos.
Almodóvar regresa con un film que propone una reflexión difícil, pero formulada con profundo tacto y sensibilidad. El preciso guion, la brillante banda sonora y el dúo protagónico acaban de elevar el resultado final.