
Erice estrena su cuarto largometraje treinta años después de El sol del membrillo. A sus ochenta y tres, el cineasta vasco vuelve en plena forma, con su personal estilo autoral en una película sobre la memoria y la identidad.
Erice estrena su cuarto largometraje treinta años después de El sol del membrillo. A sus ochenta y tres, el cineasta vasco vuelve en plena forma, con su personal estilo autoral en una película sobre la memoria y la identidad.
El intento de mezclar muchos temas, sin relación entre ellos, con resultado satisfactorio era casi tan difícil como que nieve en Benidorm. Por eso, a pesar del reparto, en general la cinta resulta confusa y se hace un tanto larga.
Los ingredientes clásicos del thriller resultan poco efectivos en una historia con buenos actores, pero carente de sentido e interés.
Robert es un periodista encargado de escribir un libro sobre un sacerdote en proceso de canonización, Josemaría Escrivá de Balaguer. A pesar de la fría […]
Ángela es estudiante de Imagen y está preparando una tesis sobre la violencia audiovisual. Como complemento a su trabajo, su director de tesis se compromete […]