
Una metáfora muy bien escondida de la violencia de género que aparece en forma de terror. Pedro Martín-Caldero propone una película diferente, aunque patina tanto en estructura como en resolución.
Una metáfora muy bien escondida de la violencia de género que aparece en forma de terror. Pedro Martín-Caldero propone una película diferente, aunque patina tanto en estructura como en resolución.
Ibarguren y León protagonizan un relato donde se cambian los roles ante una situación de custodia de los hijos. El film resulta un guion fallido y con una carencia de sensibilidad hacia los más vulnerables.
Los numerosos recursos con los que contaba esta producción para ser solvente hacen que resulte mayor la decepción al no encontrar en ella una historia interesante ni nada por lo que valga la pena invertir tiempo en verla.
Thriller descafeinado sobre venganza familiar, con un Coronado que aguanta todo el peso de la trama.
Un thriller que con pocos elementos logra tensión y ritmo, aunque no mucho fondo.