
Aunque Nada está llena de elementos a los que no se les encuentra explicación, en su conjunto funciona perfectamente. Es una propuesta refrescante que cuenta con maravillosos personajes y buenas dosis de humor.
Aunque Nada está llena de elementos a los que no se les encuentra explicación, en su conjunto funciona perfectamente. Es una propuesta refrescante que cuenta con maravillosos personajes y buenas dosis de humor.
Scorsese deslumbra con una adaptación planteada desde la máxima responsabilidad social. Este thriller incómodo, protagonizado por una magnífica tríada, busca destapar la atrocidad acometida contra los nativos americanos.
Sebastian Maniscalco, cómico y actor norteamericano de origen italiano, coescribe y protagoniza esta historia sobre la relación con su padre, interpretado por un Robert De Niro que salva una comedia bastante floja con mensaje positivo.
Otro film de venganza con mucha violencia y ninguna innovación. Contiene toda esa atmósfera que rodea a las películas destinadas a ser de sobremesa, pero incluye actuaciones de alto nivel.
David O. Russell reúne a muchos actores de renombre en un largometraje con una fotografía fascinante. Sin embargo, se centra tanto en el aspecto visual que descuida un poco lo que quería decir.
Un trío de actores veteranos y concienzudos en su trabajo ofrecen un remake de estafas ambientado en un contexto cinematográfico. Una eficaz dirección artística se une a un guion divertido y muy entretenido para ponernos de buen humor.
Una comedia familiar que derrocha acción y bromas alocadas, pero que flojea en el guion. La “guerra” entre nieto y abuelo por la posesión de un dormitorio no destaca por su originalidad, inteligencia ni emotividad.
Versión cinematográfica de una obra escénica de Scott McPherson, adaptada por el propio autor antes de morir y llevada a la pantalla por el director teatral Jerry Zaks.
Scorsese presenta un viaje retrospectivo a la vida de Frank Sheeran en su última obra maestra, con magníficas interpretaciones. La historia tiene un alcance de gran magnitud, que justifica la larga duración.
Con el preámbulo de que no estamos ante un film de superhéroes ni de acción convencional, el Joker se presenta como una exhibición, no muy profunda, de la vileza humana, eso sí espléndidamente interpretada.