
Esta secuela del personaje Borat deja de lado la elaboración densa para presentar una comicidad rápida. El chiste fácil incide en perpetuar un humor del paleolítico, donde domina la mirada masculina.
Esta secuela del personaje Borat deja de lado la elaboración densa para presentar una comicidad rápida. El chiste fácil incide en perpetuar un humor del paleolítico, donde domina la mirada masculina.
Historia embarrada, narración arbitraria, personajes ponzoñosos y ninguna salida de emergencia.
Este reinicio de la serie de películas basada en los populares videojuegos es muy fiel al contenido original y hacia el que mantiene muchas referencias y guiños, aunque flojea en la trama y en el guion.
Este documental brinda una galería de personajes femeninos que recorren el planeta. La propuesta emplea una mezcla de primeros planos y otros generales, mientras resulta más desequilibrada en los contenidos que aborda.
La mezcla singular de geografías y clichés de cine negro, así como la caracterización de personajes, es una sorpresa positiva. Sin embargo, la confusión y algún exceso incoherente empañan el resultado.
La propuesta de Julius Berg se hace un hueco como alternativa satisfactoria, pero algo confusa a las ya clásicas películas sobre irrupciones violentas en el hogar.
Innecesaria ficción que muestra una heroína de dudosa personalidad, precioso físico y mucho tuneo efectista.
Este relato abunda sobre el fin de la infancia, mientras integra otras transiciones de corte social y familiar. Con algunos aspectos bien anclados, el guion se pierde tanto por sus subrayados como por su falta de coherencia.
Entre el romance y la fantasía se desenvuelven estas aventuras que no resultan ni demasiado oscuras ni demasiado convincentes. Ingravidez argumental y mucho envoltorio.
Hadas, 5G y stories, una curiosa combinación que, si no se toma muy en serio, puede llegar a proporcionar un entretenimiento ligero incluso a jóvenes adultos.