
El cineasta vasco escribe y dirige una pieza que mezcla terror, drama, sensibilidad y grosería con desigual resultado. Las actrices principales se esfuerzan con valor en un guion con sonidos pero sin palabras.
El cineasta vasco escribe y dirige una pieza que mezcla terror, drama, sensibilidad y grosería con desigual resultado. Las actrices principales se esfuerzan con valor en un guion con sonidos pero sin palabras.
La disyuntiva entre caer en un chantaje o responsabilizarse de la muerte de una víctima se plantea inicialmente con mucho atractivo. Sin embargo, las incoherencias del guion destruyen todas las bondades que puedan encontrarse en la serie.
Jessica Alba y Gabrielle Union protagonizan una serie policial correcta, muy parecida a las de su género, pero satisfactoria como entretenimiento. Quizá no acierta en su tono, pero combina la acción y el humor de manera equilibrada.
Serie llena de tópicos que empieza muy bien en la primera temporada, pero cae en picado en la segunda. Después se canceló. Podía haber sido una buena serie.
La trayectoria de un grupo de personas a lo largo de cuatro décadas refleja de manera conmovedora la importancia del perdón y la amistad. La cinta cuenta con una gran dirección de actores y varios toques muy italianos.
La ópera prima de Pedro Collantes funciona bien como reflexión sobre la vida de una actriz que se abre paso en lo personal y profesional. Con cámara serena, la trama pierde frescura en algunos momentos.
El intento de mezclar muchos temas, sin relación entre ellos, con resultado satisfactorio era casi tan difícil como que nieve en Benidorm. Por eso, a pesar del reparto, en general la cinta resulta confusa y se hace un tanto larga.
Serie documentada con imágenes reales e intervenciones de diferentes historiadores contemporáneos que nos introducen en la corte de los zares para comprender su propio declive.
La miniserie basada en el libro de James Comey cuenta con una buena ambientación pero una caracterización de personajes poco trabajada. Le falta rigor histórico y el exceso de drama la asemeja a una tragedia de Shakespeare.
Kulumbegashvili debuta con un film que funciona como metáfora existencialista de la mezcla de tradición social, religiosa y familiar. Personal y coherente en su forma, es algo obtusa y, a la vez, predecible en su fondo.