
Rithy Panh vuelve a retratar el conflicto de Camboya en un film visualmente atractivo. Su película es la representación de un genocidio silenciado, hecho de figuritas de arcilla y capas de mentiras.
Rithy Panh vuelve a retratar el conflicto de Camboya en un film visualmente atractivo. Su película es la representación de un genocidio silenciado, hecho de figuritas de arcilla y capas de mentiras.
La decisión de animar esta historia inspirada en testimonios reales, permite acercar una cruda realidad al público joven para abrir un espacio de reflexión más amplio y seguir concienciando sobre el cambio climático.
Otro thriller de espías, esta vez situado en las calles de Raqa, que mantiene el suspense de los dos protagonistas (un inspirado Álvaro Morte acompañado de Mina El Hammani) en su ardid por conseguir el objetivo.
Este homenaje al Abbé Pierre es un tanto largo, pero retrata con eficacia la lucha contra la miseria que llevó a cabo el clérigo. Su actor protagonista encarna con fuerza al que fue la “voz de los sin voz”.
Scorsese deslumbra con una adaptación planteada desde la máxima responsabilidad social. Este thriller incómodo, protagonizado por una magnífica tríada, busca destapar la atrocidad acometida contra los nativos americanos.
Meltem Kaptan y Alexander Scheer forman uno de los tándems más encantadores que ha llegado a salas últimamente en un drama real y actual cuyas escenas cotidianas le dan verdadero calado.
La película expone la tensión que vivió Mali tras su independencia. La ambientación, la música y la exposición de las relaciones humanas en esa sociedad dividida entre la tradición y la revolución está bien lograda.
Esta nueva cinta de Ari Folman recupera la figura de Ana Frank para guiar al público a través de una historia esperanzadora que busca hacer reflexionar acerca de una sociedad actual no tan alejada del pasado
Aita Mari es más que un barco o un film, es una posibilidad de vida para todas aquellas personas perdidas en medio del Mediterráneo. La cinta contiene imágenes y testimonios desgarradores que sobrecogen al espectador.
Una fábula atípica para sufrir, emocionarse y soñar junto a su maravilloso protagonista: el niño ciervo.