Kristen Stewart protagoniza una apuesta de ciencia-ficción bajo el agua, donde están claras las buenas intenciones respecto a los cánones del género. Sin embargo, la trama se la juega en los golpes de efecto más que en su solidez.
La relación intelectual entre un alcalde de provincias y su joven asesora filósofa se convierte en una película simpática, que nos recuerda que la actividad cerebral es imprescindible para la plenitud del ser humano y de la sociedad.
Una mirada singular y profunda a la realidad de los refugiados: dura en medio de su belleza, difícil por su lentitud, pero gratificante por su apuesta por la humanidad y la reflexión sobre ella.
Actores ilusionados, calidad técnica y una partitura insuperable para el final de la saga de La Guerra de las Galaxias, que ofrece una trama más sencilla, momentos nostálgicos y otros novedosos aunque inverosímiles.
La película de Nerea y Daniel Lovecchio ofrece muy buenas intenciones sobre cómo adentrarse y representar un hecho histórico. No obstante, el guion resulta críptico y deja algo fuera al espectador.
Con un elenco prometedor (Ian McKellen y Helen Mirren) y una apetecible banda sonora, el film de Bill Condon fracasa por las inconsistencias del guion, que se enreda demasiado.
Dos temporadas que plantean una catástrofe mundial y una serie de destacados valores sociales, de convivencia y de responsabilidad.
Sebastián Borensztein elabora una cercana comedia-dramática, donde los personajes dan la clave para acercanos a una realidad triste y habitual: en los grandes desfalcos, los que más pierden son los que menos tenían.
Del creados de Ley y orden llega esta serie policíaca que, aunque poco innovadora, es una opción entretenida y bien hecha.
Una bella historia asentada en un guion que avanza con firmeza y buen paso. Adaptación de una novela del XIX, se trata de un film para los más pequeños, pero que también difrutarán los mayores.