
Esta secuela del fantasma menos aterrador del mundo se presenta como una apuesta irregular y previsible. Pese a valiosos mensajes y una construcción ambiental correcta, ni la historia ni la puesta en escena se lucen ni destacan.
Esta secuela del fantasma menos aterrador del mundo se presenta como una apuesta irregular y previsible. Pese a valiosos mensajes y una construcción ambiental correcta, ni la historia ni la puesta en escena se lucen ni destacan.
Una ópera prima de los hermanos Philippou donde el terror es, una vez más, una excusa para hablar de temas serios y duros. Si bien el guion encuentra algunas dificultades al avanzar, las actuaciones del reparto elevan el conjunto.
Jordi Wild ofrece un espacio de tertulia desenfadado e informal donde hablar y discutir sobre temas o personalidades de actualidad. Un contenido óptimo para quienes quieran entretenerse, pero no para los que busquen algo más.
Esta nueva adaptación de la saga homónima de novelas infantiles vuelve a brindar fantasía, misterios y tiernos números musicales. Además, no solo entretiene, sino que educa en valores como el trabajo en equipo o la amistad.
Una adaptación literaria vacía, llena de protagonistas planos y una realización que contempla desde la despersonalización. Acentúa toda una serie de tratamientos temáticos de una frívola superficialidad.
Rojas-Estapé aconseja, enseña y educa en la comprensión de nuestra mente y, sobre todo, nuestras emociones. Desde una claridad expositiva y una dulce cercanía, esta profesional ofrece consejos y herramientas desde el optimismo.
La nueva entrega del joven detective se mantiene en la línea de sus predecesoras: un misterio a resolver, una animación dinámica, una acción trepidante y un conjunto de apreciados valores para un rato entretenido.
Desde Contraste pronosticamos los elevados índices de tiempo libre que aparecen con las vacaciones y os traemos los mejores estrenos del año hasta la fecha para ver cada uno por su cuenta o, mejor, acompañados en familia.
Una película donde la sugerente voluntad por reinterpretar que se plantea al inicio cae en una desatinada y apática ejecución. Una mirada moderna, a la par que fría, plana y sin sustancia, del conocido arquetipo del Don Juan.
El debut de Erige Sehiri es una propuesta poética y reflexiva. En ella, un campo de higos se establece como espacio de interconexión humana y el acto de recolección en un medio para sumirse en la intimidad de los personajes.