
Casi diez años después, George Miller regresa al mundo de Mad Max con una propuesta visualmente apabullante y con una increíble protagonista. Una precuela que es ejemplo de cine de acción en estado puro.
Casi diez años después, George Miller regresa al mundo de Mad Max con una propuesta visualmente apabullante y con una increíble protagonista. Una precuela que es ejemplo de cine de acción en estado puro.
Una oda a esos niños imaginativos que todos llevamos dentro. Con un gran dúo protagonista, tiernos secundarios, una explosiva creatividad y una colección de valiosos mensajes, este film es para compartir en familia.
Un thriller ambientado en el mundo de la gimnasia rítmica y con una aterradora Belén Rueda como protagonista. Avanza con soltura y hace un uso interesante de ciertos elementos, pero el cierre deja un regusto agridulce.
Esta comedia romántica, dirigida por Meg Ryan, resulta tediosa y descafeinada. Tanto la realización como el guion dejan todo excesivamente subrayado y convierten el conjunto en algo artificioso, sin gracia.
Esta odisea deja claras reminiscencias a Studio Ghibli pero peca de sobreexplicación y sobreestimulación. La película cobra valor gracias a su cuidada animación y algunos temas importantes en los que se centra.
Léa Todorov configura, a la vez, un retrato poliédrico y una carta de amor a la pedagoga italiana. Construido con solvencia y amabilidad, destaca el carisma de Jasmine Trinca en su papel protagonista.
Un retrato familiar e intergeneracional que conjuga con acierto emotividad, comicidad y dramatismo. Al final, deja un buen sabor de boca y nos obliga, con tacto, a atender a nuestras propias dinámicas familiares.
Rivales se conjuga como un duelo a tres bandas. Un guion elevado por la mirada de Guadagnino, el trío protagonista y la música estimulante. Tras ella, quedan reflexiones interesantes, sobre todo en torno a la amistad.
Una ópera prima que encuentra su mayor potencial en el equilibrio entre comedia y drama. Un film entretenido, ligero y, sobre todo, crítico en su retrato de las condiciones de la mujer en una época concreta.
Un thriller político basado en los últimos meses de vida del diplomático Dag Hammerskjöld. Entre lo factual y lo íntimo, la película encuentra su valor en el elogio a la honestidad, la paz, la justicia y el bien colectivo.