
Este reinicio de la serie de películas basada en los populares videojuegos es muy fiel al contenido original y hacia el que mantiene muchas referencias y guiños, aunque flojea en la trama y en el guion.
Este reinicio de la serie de películas basada en los populares videojuegos es muy fiel al contenido original y hacia el que mantiene muchas referencias y guiños, aunque flojea en la trama y en el guion.
La segunda entrega de la Mujer Maravilla, dirigida de nuevo por Patty Jenkins, destaca por su agilidad, sus efectos especiales y algunas de las actuaciones del elenco. De nuevo, el film está a la altura del resto de historias de ciencia ficción protagonizadas por hombres.
Carlos Sedes dirige un drama superficial del que solo puede ensalzarse la fotografía. La trama es simple y tediosa, el reparto no es estridente y lo único que se disfruta es el recorrido a través de los viñedos de Jerez.
La adaptación de la novela homónima de Roald Dahl prometía ser inolvidable, pero no aprovecha del todo sus recursos para lograrlo. Aún así, cuenta con unos actores fascinantes, buenos efectos especiales y una narración entretenida.
Christopher Nolan regresa con una nueva apuesta, a su estilo, por el cine como gran formato, no solo en su duración y concepción escenográfica, sino en densidad dramática, narrativa, argumental y antropológica.
Pinocho regresa a la gran pantalla en una adaptación más fiel al cuento y con un gran diseño de producción. Aunque intenta dirigirse tanto a niños como a adultos, no logra satisfacer a ninguno de esos grupos.
Edward Norton escribe, dirige y protagoniza la adaptación de una conocida novela negra. Aunque entretenido y comedido en bastantes aspectos, el film resulta algo largo por su predictibilidad.
A pesar de su excesivo e irregular metraje, esta película ofrece lo que el género judicial, en un contexto de racismo, siempre ha ofrecido: valores bien anclados, cierta intriga y personajes atractivos.
DC retoma el personaje de Harley Quinn donde lo dejó su anterior película Escuadrón suicida (2016). Y ofrece un colorido y confuso desconcierto visual y narrativo, cargado de papeles femeninos, acción y violencia.
Terror de producción española inspirado en hechos reales ocurridos en el madrileño barrio de Malasaña en los años 70. Una propuesta solvente para los amantes del género que no sean demasiado exigentes.