
Esta deslumbrante adaptación en la gran pantalla de unos hechos reales sucedidos durante la Guerra Fría es, a nivel fotográfico y gracias a su reparto, emocionante, oscura e impactante.
Esta deslumbrante adaptación en la gran pantalla de unos hechos reales sucedidos durante la Guerra Fría es, a nivel fotográfico y gracias a su reparto, emocionante, oscura e impactante.
El film de Wes Anderson es un proyecto formal llevado al límite. Tiene el innegable sello estético del director, pero el exceso ornamental (y de actores conocidos) acaba sofocando la evolución de personajes o el relato que se narra.
Las grandes actuaciones, la magnífica fotografía y la emotiva banda sonora, aunque brillantes, no logran disimular la convencionalidad de un relato que maquilla y justifica, con el pretexto del amor, un asunto serio y espinoso.
El nuevo tándem Bardem-León de Aranoa revela una comedia dramática de contenido moral, aunque de paisaje muy pesimista. El guion brilla especialmente, del mismo modo que gran parte del elenco.
Zhang Yimou regresa con una propuesta contemplativa y centrada en personajes complejos y con objetivos simples. Aunque tiene un ritmo pausado, esta obra termina siendo una animada celebración del cine.
La película muestra con realismo lo que se cuece en la industria del cine porno de Los Ángeles. Su tono directo resta protagonismo y sutileza a los matices humanos que se intuyen en algunos pasajes.
Aunque el detonante es el histórico terremoto de Tokio en 2011, esta película aborda, con precisión, un conjunto de cuestiones y dramas vinculados con la ética de las decisiones en nuestro día a día.
Marcos Ruiz, Begoña Vargas y Chechu Salgado protagonizan una historia de transición con acción, humor y suspense. Su buen hacer logra conmocionar al público con un relato que difumina la frontera entre el bien y el mal.
Pedro Almodóvar repite, una vez más, con Penélope Cruz para explicar un relato donde la maternidad, el error y la mentira se mezclan, con desigual resultado y efecto, con lo político y lo histórico.
La historia de Benedetta se narra sin coherencia alguna, con una gran cantidad de imágenes eróticas y violentas. Es una propuesta irreverente y, aunque cuenta con buenas actrices, el resultado es grotesco, tedioso y ofensivo.