
Esta precuela de la saga de espías cambia su tono hacia uno más serio, con reflexiones antibelicistas. Pero, por eso, no deja de entretener con acción y unos toques de humor, a veces, poco elegantes.
Esta precuela de la saga de espías cambia su tono hacia uno más serio, con reflexiones antibelicistas. Pero, por eso, no deja de entretener con acción y unos toques de humor, a veces, poco elegantes.
Spielberg opta por un remake del West Side Story de 1961 muy cercano a su original. El cineasta sabe imprimir novedad en la ligereza escénica, a la vez que despliega un casting múltiple y entregado.
Con un título sonoro y un variado reparto, esta singular película es de Navidad; parece poco o nada navideña; pero depara algunas sorpresas. Irregular y salvaje por momentos, deja algo sobre lo que reflexionar.
La reconstrucción de la serie que cambió la historia de la comedia televisiva es una ocasión para que Sorkin nos hable, de nuevo, con todo su estilo propio, del lado más complicado de tener éxito.
Claudio Cupellini rueda con pulso un ensayo convincente acerca del amor y las relaciones paterno-filiales. A pesar de que se trata de un relato atroz, el espectador encuentra atisbos de esperanza.
Paolo Sorrentino comparte con el público su historia más personal. Combina comedia y tragedia para exponer el inicio de su vocación como director de cine en Nápoles mientras aborda, además, temas como el fútbol y la muerte.
Ildikó Enyedi adapta una novela en un ejercicio visual magistral y con un elenco que realiza un gran trabajo. No obstante, su propuesta carece de un buen guion que otorgue sentido a las más de tres horas de metraje.
Esta sobrecogedora entrega destaca por las interpretaciones (con James Norton a la cabeza del reparto), la banda sonora y una fotografía que logra sumergir al espectador en un (intenso) viaje emocional.
Esta adaptación de una obra de teatro de Ettore Scola no logra convencer. Las buenas intenciones y la cuidada ambientación se ven ahogadas por la rigidez escénica y la amargura que impregna el film.
Liliana Torres se encarga de principio a fin de una película sobre el desamor con mucha prosa y poca poesía, con cine dentro del cine y con una gran dosis de realidad brutalmente ficticia.