
Una ópera prima de los hermanos Philippou donde el terror es, una vez más, una excusa para hablar de temas serios y duros. Si bien el guion encuentra algunas dificultades al avanzar, las actuaciones del reparto elevan el conjunto.
Una ópera prima de los hermanos Philippou donde el terror es, una vez más, una excusa para hablar de temas serios y duros. Si bien el guion encuentra algunas dificultades al avanzar, las actuaciones del reparto elevan el conjunto.
Telefilm bienintencionado que mezcla terrorismo, drama social y pasión en los pasillos de un hotel de lujo en Madrid. Entretenimiento barato a base de acción atropellada y actuaciones forzadas.
La nueva entrega del joven detective se mantiene en la línea de sus predecesoras: un misterio a resolver, una animación dinámica, una acción trepidante y un conjunto de apreciados valores para un rato entretenido.
Con una premisa y una puesta en escena prometedoras, el largometraje va virando hasta convertirse en una experiencia incómoda, salvaje e incluso gore que reflexiona acerca del sentido de la vida.
Lori Evans Taylor dirige su primera película en clave de thriller con tintes de terror acerca de la maternidad y el trauma. Propuesta para un público poco exigente que busque entretenimiento a base de sustos predecibles.
Un thriller en el que el manejo de la tensión inicial acaba cayendo en detrimento, al igual que el valor mismo de la familia. Pese a las buenas interpretaciones del reparto, estas no consiguen frenar el descontrol del guion.
La fortaleza parece prometer más en su arranque pero, a medida que avanza, va perdiendo fuelle a causa de su ritmo desigual, algunas actuaciones exageradas y un guion que no acaba de funcionar.
Upon Entry es un film psicológicamente extenuante: sufrimos con los protagonistas y nos sorprendemos de sus descubrimientos. Para los fans de los thrillers, este título merece la pena pues ofrece algo distinto.
Cuenta con una trama dispersa, superficial y fácil. Aunque las secuencias de exterior y los paisajes desérticos son satisfactorios, Ric Roman no logra dar un nuevo enfoque a una narrativa ya explotada en el cine.
Un conocido elenco deslumbra con sus enredos ambientados en un entorno lujoso de la costa francesa. No obstante, la extensa duración, el ritmo irregular y la amoralidad de la historia acaban menguando el interés.