
Con un tono bastante más comedido, Paul Schrader vuelve con otro protagonista solitario y atormentado por su pasado. Aunque es un film más esperanzador, no llega a captarse su objetivo principal.
Con un tono bastante más comedido, Paul Schrader vuelve con otro protagonista solitario y atormentado por su pasado. Aunque es un film más esperanzador, no llega a captarse su objetivo principal.
Manolo Solo y Laia Manzanares llevan todo el peso de una película desagradable, oscura y perturbadora sobre el grooming. Aunque la ejecución es acertada, desconcierta y deja un sabor amargo.
Basada en el libro de una periodista, Un blanco fácil es una película sobre un caso real que cuenta con un buen elenco. No obstante, está desequilibrada y acaba resultando lenta y aburrida.
Este título de cine negro cuenta con una historia que se enreda en sorpresas y un reparto veterano liderado por Liam Neeson. Aunque no es una película redonda ni magnética, se hace disfrutable.
Este western desaprovecha al dúo liderado por Christoph Waltz y Willem Dafoe y cae en un tedio argumental. Aun así, sin proponer nada nuevo y con pocas pretensiones, logra entretener por momentos.
El film consigue introducirnos en el caos y los duros momentos en los que el servicio antiterrorista trabaja a contrarreloj para proteger a la ciudadanía. Pero algún momento lento puede distraernos de la trama.
A pesar de las posibilidades de su premisa, y el interés que despierta por revelar las verdades de un sistema corrupto, el film se percibe lento y aburrido en algunas ocasiones por su excesiva muestra de religiosidad.
Liderado por un reparto magnífico, Louis Garrel propone un film que transita por distintos géneros. En su agilidad y riqueza formal se oculta una entretenida historia de amor sobre los límites de este.
Gal Gadot protagoniza esta película de gran acción, entretenida y ágil para ver una tarde o noche con palomitas. Aunque es mayoritariamente previsible, proporciona un buen rato de esparcimiento.
John Wick 4 sacia con creces las expectativas que levantó su espera. Visualmente espectacular, elegantemente coreografiada y con un Keanu Reeves invencible, peca de una trama mínima y una duración excesiva.