
El envoltorio con el que se presenta la última película de Brian De Palma –un veterano director, actores de Juego de tronos y la fotografía del maestro Alcaine– no logra disimular una trama de suspense mal tejida desde el principio.
El envoltorio con el que se presenta la última película de Brian De Palma –un veterano director, actores de Juego de tronos y la fotografía del maestro Alcaine– no logra disimular una trama de suspense mal tejida desde el principio.
Aunque Diamantes en bruto no aporta nada nuevo al género, es la película donde Adam Sandler hace la mejor interpretación de su carrera: una persona obsesionada con su negocio y con serios problemas de ludopatía.
Retrato entre documental e irónico de la sociedad macedonia, donde una pobre mujer se hace con una cruz reservada a los varones y se niega a entregarla. La película parece una crítica al machismo, pero la peculiaridad de la mujer protagonista desdibuja todo tipo de denuncia.
Los Verneuil vuelven con nuevos conflictos culturales para divertir a su público en una comedia que aprovecha los clichés de su predecesora. Sin más pretensiones, el film funciona bien como entretenimiento.
Entrega 23 del famoso personaje conocido como Detective Conan. Aunque abierta a todo espectador, la complejidad y variedad de tramas y personajes la hace más apropiada para fans del manganime.
Flanagan continúa, bajo la estela del mítico El resplandor, con un film que convence para una noche de terror, pero no como guion ni apuesta por relatar algo nuevo.
El último film de Allen ofrece una comedia-romántica, con Nueva York como protagonista de dudas amorosas, familiares, profesionales e intelectuales. Lo de siempre en el director, pero bien pulido.
Sánchez Arévalo retorna con una drama social y humano combinado con un sano sentido del humor. Los vínculos familiares se presentan como la salvaguarda de unos protagonistas excelentemente interpretados.
Maravilloso despliegue visual con un elenco conocido y estimado que afina el buen gusto de la audiencia durante dos horas, a la vez que la sitúa en una visita real en la Inglaterra del siglo XX.
David Hebrero se estrena en la gran pantalla con un romance quijotesco muy poco convencional, protagonizado por un buen reparto, y combinando diversos géneros de manera sorprendente.