
Woody Allen retorna con su propuesta anual, esta vez enclavada en San Sebastián y su Festival de cine. Con todos los rasgos argumentales y estilísticos de su cine, el film mantiene alguna chispa y refleja otras algo agotadas.
Woody Allen retorna con su propuesta anual, esta vez enclavada en San Sebastián y su Festival de cine. Con todos los rasgos argumentales y estilísticos de su cine, el film mantiene alguna chispa y refleja otras algo agotadas.
Enola Holmes es una propuesta ligera, refrescante y muy divertida que hará disfrutar a toda la familia. Cuenta con un conocidísimo elenco y, a pesar de todos sus fallos, funciona perfectamente.
Waugh, director, y Butler, actor, se reúnen de nuevo ante una emergencia fílmica. Con todos los ingredientes del cine de catástrofes, su propuesta es un digno entretenimiento que sorprendre lo justo y esperado.
Una pareja extraña y carismática realiza un viaje que descubre conflictos sin resolver de la segunda guerra mundial. Introspección, humor y tragedia son algunas notas de esta historia que deja un sabor agridulce.
El gran equipo de actores no profesionales, liderados por un espléndido David Verdaguer, transmite de manera optimista cómo lidiar con la enfermedad y el bullying en una clase de primaria. Un título sobre el que vale la pena reflexionar.
Grozeva y Valchanov retornan con una nueva historia anclada en la desconocida, para nosotros, Bulgaria. Drama, realismo, humor y fina ironía son algunas de las muchas virtudes de su propuesta.
En su primera película, la directora Manele Labidi hace un colorido retrato costumbrista de la de ciudad Túnez. Intenta generar comedia a partir de una amable crítica social que, aunque roza la caricatura, se disfruta.
Andrea Fandós encandila con su actuación en una cinta que pone de manifiesto las carencias en la educación sexual de los 90 en España. La ambientación está muy cuidada y evoca cierta nostalgia.
Christopher Nolan regresa con una nueva apuesta, a su estilo, por el cine como gran formato, no solo en su duración y concepción escenográfica, sino en densidad dramática, narrativa, argumental y antropológica.
La veterana Icíar Bollaín logra una comedia dramática, de tintes costumbristas, que mete de lleno al espectador en la problemática de la conciliación entre lo personal y lo vinculante hoy en día. Impecable el elenco.