
Isabelle Huppert demuestra la fuerza de su carisma cómico, sin perder un ápice de expresión para lo dramático. Jean-Paul Salomé rueda una historia de camella accidental, no redonda pero sí divertida.
Isabelle Huppert demuestra la fuerza de su carisma cómico, sin perder un ápice de expresión para lo dramático. Jean-Paul Salomé rueda una historia de camella accidental, no redonda pero sí divertida.
Con similitudes en su modo de construir el relato con su film anterior, Zhao demuestra cómo explicar algo apenas tangible con una gran versatilidad: la vida ambulante como territorio de libertad.
Carey Mulligan sabe llevar al límite y llegar al espectador con la interpretación de un rol que se mueve entre contornos peligrosos. Mientras, el guion aporta una mezcla de géneros y una clara invitación a pensar.
Thomas Vintherberg regresa con un relato sobre la confianza en uno mismo y la capacidad de control. Mientras rodea zonas ambiguas con una gran fuerza narrativa, deja el peso de la reflexión al espectador.
Esta secuela del personaje Borat deja de lado la elaboración densa para presentar una comicidad rápida. El chiste fácil incide en perpetuar un humor del paleolítico, donde domina la mirada masculina.
Jason Sudeikis es uno de los artífices y protagonistas de esta comedia humana y llena de optimismo. Con un guion sencillo pero ajustado y con el fútbol en su escaparate, está hecha para los que incluso odian esta disciplina.
Rose Glass debuta con una trama de terror donde mezcla referencias religiosas e inhibiciones varias. Morfydd Clark ajusta muy bien su variada interpretación a los cambios que le pide el guion.
Esta miniserie atrae al tablero a espectadores ajedrecistas y a legos. Con una narración consistente y una sugerente puesta en escena, la historia habla de lo esencial a través de lo que pasa cuando se pierde.
La película –ganadora del Premio del Público en el Festival de San Sebastián 2020– consigue trasladar al espectador la inseguridad y los temores que suponen la pérdida de la memoria, a través de un relato bien conjugado.
El cineasta vasco escribe y dirige una pieza que mezcla terror, drama, sensibilidad y grosería con desigual resultado. Las actrices principales se esfuerzan con valor en un guion con sonidos pero sin palabras.