
Con pasajes confusos por la profusión de nombres y detalles, esta apuesta por el cine de espías autóctono ofrece una trama entretenida y un Luis Tosar, como siempre, líder en llevar la carga dramática.
Con pasajes confusos por la profusión de nombres y detalles, esta apuesta por el cine de espías autóctono ofrece una trama entretenida y un Luis Tosar, como siempre, líder en llevar la carga dramática.
Audrey Diwan adapta la novela de Annie Ernaux en un film crudo y angustioso. Aunque la parte técnica es correcta, el guion juega con algunos elementos que fuerzan la opinión del público acerca de algo tan polémico como el aborto.
La tercera comedia de Los Compadres pierde más sutileza y calidad, a favor de una acumulación de toscas escenas que parodian y no hacen reír. Quizá pasa factura el confiar demasiado en su fórmula.
La película de Joachim Trier es tan impulsiva como su protagonista. Entre cambios de escena, secuencias de sexo y personajes atolondrados, retrata con ligereza la confusión que sufre toda una generación de jóvenes.
Este thriller intenta mezclar lo psicológico con lo sexual. Sin embargo, el conjunto de la película no acaba de funcionar por la falta de ritmo, la inexistente evolución de los personajes y una narrativa de telefilm.
La ópera prima de Charlène Favier se desliza a través de un guion contenido y acompañado por una actuación estelar de Noée Abita. Es un relato potente, pero desgarrador, sobre el abuso sexual en el mundo del esquí profesional.
El intento de construir un relato grandilocuente sobre el amor y la complicación de la vida se queda en una pobre y confusa ojeada a la desorientación (también narrativa) de una treintañera.
La propuesta denuncia el encierro que vivieron los homosexuales en Alemania durante la posguerra. Es poco efectiva debido a su guion, aunque cuenta con un buen trabajo del elenco protagonista.
Banjong Pisanthanakun dirige un mockumentary de terror que promete una satisfactoria experiencia al espectador en su comienzo, pero que falla en mantener el suspense debido a su larga duración.
La obra de Balzac llega a la gran pantalla con magníficas interpretaciones y decorados pero interrumpida por escenas de sexo y algo de desesperanza. Aún así, es ágil, divertida y propone una reflexión bastante actual.