Un film de temática homosexual que abunda en la situación que vivía, en los 90, una parte de este colectivo. Su propuesta narrativa se queda en un documento personal y de marcado existencialismo hedonista.
Una trama muy simple enmarcada en las cuatro paredes de un supermercado que se llega a hacer monótona por la larga duración del film.
Un relato que se vislumbra, por su argumento, esperanzador e interesante pero que, enseguida, la trama se disloca en su cohesión narrativa y de personajes.
Esta historia, inspirada en la ola de racismo en la Hungría de 2009, se expresa con gran belleza y sentido del drama. Árpád Bogdán cruza tres tramas, que trabaja con dureza y esperanza.
Mandy es un divertido homenaje a la cultura metalera y a las películas gore con todos sus excesos, que gustará a los fans del género y aburrirá a quien busque un rato de acción o cualquier otra cosa.
Un drama pulido pero que acarrea una visión pesimista sobre el amor y las relaciones familiares.
Drama francés rodado con gusto y sensibilidad, sobre el reencuentro entre un hijo y su padre biológico, ahora una mujer, Lola.
La conquista del voto femenino en Suiza, en 1971, contada a través de las vivencias de una sencilla madre de familia de un pueblo. Logra el objetivo pero no convence ni en lo técnico ni en lo dramático.
Un retrato del ocaso de la RDA milimétrico, en cuanto a la diversidad de perfiles que retrata, y pausado, en cuanto al número y velocidad de acciones.
La capacidad de transmitir de Rampling con una mirada, un gesto o una pequeña convulsión en el rostro es donde reside la magistralidad de esta producción. Interesante por lo arriesgado de su propuesta, pero con un ritmo demasiado pesado para los no amantes del cine contemplativo.