
Cine de espías y guerras sucias, en el que Berg aporta la artillería pesada de su cine de acción y se olvida de poner la pausa a la violencia desmedida, así como de introducir una trama relevante desde el punto de vista humano y dramático.
Cine de espías y guerras sucias, en el que Berg aporta la artillería pesada de su cine de acción y se olvida de poner la pausa a la violencia desmedida, así como de introducir una trama relevante desde el punto de vista humano y dramático.
Johnny English vuelve a la acción con la película más absurda pero entretenida de la saga.
Después de 31 años desde la primera entrega de la saga, llega un reboot igual de dinámico, aunque bastante soez y gore.
En esta segunda entrega, carente de un villano potente, hay más violencia, moralinas y menos consistencia.
Tras el reciente éxito de los monstruos gigantes (Jurassic World: el reino caído y Proyecto Rampage), llega Megalodón. Puro escaparate para Jason Statham, pero buen entretenimiento para este verano.
La sexta entrega de esta saga de acción y espías deslumbra y potencia todos los puntos fuertes de realización, guión y personajes.
Una comedia gamberra, vulgar y disparatada, que alcanza algún toque de originalidad y sorpresa en sus personajes.
Un quiero y no puedo de El coloso en llamas y La jungla de cristal que desperdicia los avances en efectos especiales y abusa de tópicos en el guion.
Esta precuela ofrece los mismos excesos de violencia y las mismas tímidas reflexiones sobre la propia violencia que sus predecesoras
El film despliega el esquema de los ladrones simpáticos y bien vestidos Ocean’s en versión femenina. Mantiene los elementos básicos de humor, suspense, sorpresas y diseño de vestuario con la esperanza (dudosa) de prolongarse en más entregas.