
Hans Steinbichler adapta la novela de Robert Seethaler en una película tranquila y bella que permite deleitarse. Gran parte del éxito de esta historia reflexiva se debe al trabajo del protagonista Stefan Gorski.
Hans Steinbichler adapta la novela de Robert Seethaler en una película tranquila y bella que permite deleitarse. Gran parte del éxito de esta historia reflexiva se debe al trabajo del protagonista Stefan Gorski.
La magistral fotografía de Borgo, el elenco entregado, el ritmo medido y la dirección sólida de Stéphane Demoustier logran que el público sea absorbido por este drama carcelario y se le pase la película en un suspiro.
El film de Olivier Assayas es una revisión de su pasado que invita a la contemplación. No obstante, el resultado es poco cinematográfico ya que lo confía todo al diálogo (y monólogo) y poco a la imagen con mensaje.
La premisa del film de Kiyoshi Kurosawa con una crítica al capitalismo y una atmósfera bien construida titubea en el rumbo que debe tomar y se estrella en un conjunto de secuencias cargadas de teatralidad.
Una secuela que excede en epicidad a la primera, mientras mantiene los elementos que ensalzaban a su predecesora. Es sin duda una propuesta entretenida, donde en medio de toda la acción destaca un reparto sobresaliente.
Veit Helmer dirige una obra visualmente atractiva con dos actrices carismáticas. Es una película para una audiencia selecta, que cuenta con un gran trabajo de cámara, una trama sencilla y mucha imaginación.
El País Vasco y un entorno triste y gris son el escenario en el que Miren Gaztañaga interpreta a una mujer con una vida limitada. Se trata de una historia intimista que transcurre tranquila y llega eficazmente al espectador.
A veces una obra de arte acaba de completarla su espectador, y también en esta película, es el público el que define el mensaje. Es una de las propuestas más osadas del cine español que, sin duda, desconcertará.
Esta película de terror psicológico apunta unos hechos reales terriblemente trágicos. Sin embargo, el distanciamiento formal enfría la temática y no consigue que ni los elementos destacables levanten el conjunto.
Polvo serán es un drama que reflexiona sobre el fin de la vida a través del género musical y con una puesta en escena particular. De todas maneras, queda una mezcla de conceptos confusos tratados con cierta frivolidad.