
La cinta de Juan Cavestany, como indica su título, parece una ilusión cinematográfica. A pesar del buen trabajo del elenco protagonista, el proyecto resulta malogrado, confuso y sin rumbo.
La cinta de Juan Cavestany, como indica su título, parece una ilusión cinematográfica. A pesar del buen trabajo del elenco protagonista, el proyecto resulta malogrado, confuso y sin rumbo.
El debut de Just Philippot pretende dibujar un retrato sociopsicológico de la situación de desequilibrio que vive la humanidad, pero se queda en otro drama familiar más con toques de terror. Destaca la actuación de Suliane Brahim como protagonista.
La segunda entrega de la Mujer Maravilla, dirigida de nuevo por Patty Jenkins, destaca por su agilidad, sus efectos especiales y algunas de las actuaciones del elenco. De nuevo, el film está a la altura del resto de historias de ciencia ficción protagonizadas por hombres.
Brenda Chapman dirige una ficción revisionista que mezcla los cuentos de Peter Pan y Alicia en el país de las maravillas. Aunque incorpora un reparto solvente, el exceso de tristeza y realismo rompe la magia original.
Aterriza la secuela de la producción que llenó de colorido y perspectiva positiva la visión clásica-negativa de los trolls. Técnicamente impecable y con mensajes loables, el guion y tono se pasan revoluciones.
El terror brilla por su ausencia en esta secuela de la película homónima de los 90. La coherencia de la trama, también, pero suplen unas actuaciones creíbles.
Pinocho regresa a la gran pantalla en una adaptación más fiel al cuento y con un gran diseño de producción. Aunque intenta dirigirse tanto a niños como a adultos, no logra satisfacer a ninguno de esos grupos.
El remake de la novela homónima de Frances Hodgson Burnett llega con unos increíbles efectos visuales que restan trabajo a la trama y al desarrollo de personajes. Un film ligero, inocente y bonito.
Tom McCarthy dirige un relato muy sincero que es un canto a la imaginación infantil y anima a remar contracorriente. Con buenos efectos visuales, locuras y toques cómicos es una película familiar entrañable.
Una hora y treinta y dos minutos: este es el tiempo que se le concede a Paolo para bajar a la tierra, despedirse de sus seres queridos y demostrarles su cariño. He aquí una historia realista-mágica sobre la importancia de vivir el presente.