
La guerra de los Lulus es una reconstrucción de la Primera Guerra Mundial desde el punto de vista de unos niños. Con un buen reparto y momentos emotivos, es una propuesta familiar de amistad y aventuras.
La guerra de los Lulus es una reconstrucción de la Primera Guerra Mundial desde el punto de vista de unos niños. Con un buen reparto y momentos emotivos, es una propuesta familiar de amistad y aventuras.
El film no es un homenaje a Bergman ni pretende imitar su obra. Es cine dentro del cine, con una segunda trama que rompe el ritmo sin aportar nada. Al final deja la sensación de estar perdida en sus reflexiones.
Las interpretaciones de Peter Dinklage, Anne Hathaway y Marisa Tomei quedan desperdiciadas al servicio de una mezcla incoherente de subtramas que quieren abarcar más de lo que pueden.
Hamaguchi retrata las angustias de la clase media japonesa en tres historias cortas con escenas hilarantes fruto de una casualidad o malentendido. Con escenarios sugerentes, el director logra una cinta humana pero irregular.
Esta comedia de los Foenkinos aborda, en un tono ligero y desconectado de sus efectos reales, las diversas fantasías sexuales de los protagonistas. Con un buen elenco, tiene altibajos narrativos.
El film de Wes Anderson es un proyecto formal llevado al límite. Tiene el innegable sello estético del director, pero el exceso ornamental (y de actores conocidos) acaba sofocando la evolución de personajes o el relato que se narra.
Marcos Ruiz, Begoña Vargas y Chechu Salgado protagonizan una historia de transición con acción, humor y suspense. Su buen hacer logra conmocionar al público con un relato que difumina la frontera entre el bien y el mal.
Esta adaptación de la familia Addams pierde parte de su esencia, aunque no abandona del todo la excentricidad característica. Es una propuesta divertida, dirigida a todos los públicos, con música actual y una animación original.
La separación de un matrimonio es el hilo principal de una cinta que no llega a despegar. Debido a una narrativa confusa y a actitudes ligeramente exageradas, el tema pierde credibilidad y el film no deja buena impresión.
El segundo trabajo de Claudia Pinto trata, con poco éxito, un asunto delicado. Aunque las actuaciones y la fotografía son correctas, los silencios, la excesiva tranquilidad y los giros argumentales componen un resultado irregular.