
Louise Archambault estrena su tercera película, en la que demuestra que sabe imprimir un ritmo apacible pero bien mezclado con intriga, sutileza y mucha humanidad.
Louise Archambault estrena su tercera película, en la que demuestra que sabe imprimir un ritmo apacible pero bien mezclado con intriga, sutileza y mucha humanidad.
El debut de Núria Giménez es una fascinante propuesta formal que combina de manera portentosa imágenes de archivo, silencios y sonidos expresivos. Recoge los extractos del diario de una mujer de clase acomodada del siglo XX.
Otra propuesta de Malick, en su línea, con un elenco conocido y una fotografía hipnótica. Esta vez, el director propone un relato de búsqueda ambientado en el mundo de la música con unos protagonistas embobados.
Llega un film de Malick en la línea de sus tramas más abstractas y deambulativas. Dibuja el vacío existencial de un hombre en la cúspide de la fama. Sin ser la mejor del director, no escatima en buscar la belleza hasta en lo más inusual.
La ópera prima de Shannon Murphy arranca con un relato curioso y una estética interesante, pero acaba cansando al abusar de los mismos recursos y no desarrollar la historia. Un film extravagante y muy colorido.
Una historia sobre un grupo de chicos que practica la danza georgiana: sus amores, relaciones, éxitos y frustraciones. La película, que ha sido vetada en su país de origen, consigue transmitir una visión sincera y emocionante de sus protagonistas.
Divertida y entrañable comedia sobre una mujer adicta a las causas benéficas que va metiendo en problemas a todos los que ayuda. El guión está lleno de golpes de humor y el mensaje que transmite es muy positivo.
Wang Xiaoshuai quiere explicar en 185 minutos unos 30 años de la historia de las personas de su país. Con momentos bien hallados y otros que abundan en el letargo, la película se dirige a un espectador concienciado.
Más allá de la historia en la que se basa, cuya valentía hace engrandecer el alma del espectador y en la que el suspense atrapa desde el principio, la película sirve para pasar el rato y poco más.
No es la convivencia veraniega la que hace saltar a las familias por los aires; es que el bozal de la rutina queda aparcado junto a la piscina.