Este road-trip canino gustará a los que busquen un drama para ver en familiar. Pese a ello, Charles Martin Smith presenta una película que no deja de ser ligera y manipuladora de sentimientos.
La tercera entrega de una saga muy acertada para el público que se encuentre en búsqueda de fe. Sin embargo, pese al buen concepto que quiere transmitir el guión, su visionado resulta más aburrido que el de sus predecesoras.
Una recreación libre de un momento histórico de la política y monarquía inglesa. Yorgos Lanthimos vuelve a hace gala de su complejo de superioridad para intentar colar al espectador un pufo de excesos baratos como si fuera una propuesta sofisticada.
A partir de novela homónima de Laura Norton, Patricia Font rueda una comedia doméstica, simple y efectiva en la que reencontrar a la Maura de siempre.
Una película del director de El hijo de Saúl que retorna con una historia de sabor personal pero, en realidad, de marcado acento histórico y nostálgico.
Biografía sobre Dick Cheney, vicepresidente de los EE.UU. durante los atentados del 11S y uno de los hombres claves en el nuevo orden mundial. En la línea de mezclar comedia, drama y documental, McKay ofrece un film muy posicionado a la par que fundamentado.
Sorrentino basa en el exceso, la sordidez y la degeneración moral su retrato sobre el inicio de la decandencia de Berlusconi. Las motivaciones de los personajes, que no controlan sus arrebatos, exageran gestos y diálogos para hacer evidente su desesperación existencial.
Una mezcla de géneros y una mezcla de tonos que sabe encajar bien los apuntes peculiares de risas, melodías y drama, mientras sobrevuela una crisis de pareja.
Fantásticas actuaciones y memorables conversaciones entre los personajes, virtudes que quedan debilitadas por la mala resolución de la historia en el último tercio de la película.
Esta fábula antibélica sencilla como un cuento, basada en sólo tres personajes y un perro, el director Jean Becker nos sumerge mediante flashbacks en una sobria e inocente historia.