
Un ejercicio de cine, realidad y revitalización de motivos clásicos, donde Rosales se mece entre el drama, la tragedia y la esperanza.
Un ejercicio de cine, realidad y revitalización de motivos clásicos, donde Rosales se mece entre el drama, la tragedia y la esperanza.
Esta adaptación de un hecho real en el mundo del voleibol femenino y juvenil es interesante no solo por el escaso protagonismo que este deporte tiene en la gran pantalla, sino también por el valor de la historia que relata.
Charuel deriva la película, desde el naturalismo inicial, hacia el cine de intriga donde Pierre, a modo de aprendiz de gánster, tendrá que empezar su propio baile de máscaras para no levantar sospechas respecto a las desapariciones de algunas de sus vacas.
Un film autobiográfico, que mezcla estilos y que, tras un arranque algo lento, acaba en una película perfecta para ver con los hijos mayores y hablar de sacrificio y de sufrimiento, de amor y de esperanza.
Un repaso a los años de intenso trabajo y pérdidas para poder pisar la luna. Chazelle y Singer logran un biopic bien compuesto y moderado en sus ambiciones.
Sony nos cuenta los orígenes del simbionte de Marvel: la polémica está servida. La película es floja pero entretenida y un Tom Hardy a la altura saca su lado más cómico.
Pawlikowski provoca un curioso viaje hacia el amor dramático que busca un público indulgente con el ritmo y que disfrute con el homenaje que hace a la música.
Una película sobre la interacción entre hombre y lobo, cargada de verismo y un grato trasfondo.
Le falta para ser una película redonda, pero vale la pena solo por ver al muñeco de felpa. Sin duda, Winnie the Pooh es lo mejor de la cinta.
Una excelente ópera prima de Celia Rico. Su pulso en la cámara y dirección de actrices brillan y destacan de manera sorprendente en este vibrante homenaje a la relación madre-hija.