
Una recreación libre de un momento histórico de la política y monarquía inglesa. Yorgos Lanthimos vuelve a hace gala de su complejo de superioridad para intentar colar al espectador un pufo de excesos baratos como si fuera una propuesta sofisticada.
Una recreación libre de un momento histórico de la política y monarquía inglesa. Yorgos Lanthimos vuelve a hace gala de su complejo de superioridad para intentar colar al espectador un pufo de excesos baratos como si fuera una propuesta sofisticada.
Una historia que, pese a no ser novedosa, está bien ejecutada y aporta mucho ritmo para los más niños. Los Lunnis hablarán sobre bondad, imaginación y familia a los pequeños que entiendan estos conceptos.
Fantásticas actuaciones y memorables conversaciones entre los personajes, virtudes que quedan debilitadas por la mala resolución de la historia en el último tercio de la película.
Una parodia que se acerca más a la paranoia que al arquetipo de un guión al uso. David Robert Mitchell rompe esquemas y dinamita cualquier verdad fundamentada.
Conmovedora película que reflexiona sobre la libertad y el drama de los terroristas obligados a inmolarse.
Un drama sobre la soledad y tristeza que puede provocar la rutina, narrado con unos mecanismos que generan la misma sensación.
Un drama social y familiar que sorprende como ópera prima y que expresa, con personalidad pero sin disfraces, algo tan universal como la paternidad y la filiación en un entorno que se desmorona.
Un largo y abstracto puzle narrativo que confundirá al público genérico y enamorará a los amantes del cine de autor.
Esta esperada secuela de la mítica película de John Carpenter supone un excelente lucimiento de Jamie Lee Curtis, mientras el terror no aterroriza y solo se basa en sustos.
Ganadora del mejor guión en el Festival de Cannes, esta pieza la disfrutarán todos aquellos a quienes les guste el cine poético y no tragar algo muy masticado.